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La renovación del cuerpo a través de las células madre adultas
¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando rasguñas o quemas tu piel, o te rompes un hueso? ¿Cómo se repara el cuerpo a sí mismo? El punto de vista convencional es que las células de la piel llamadas fibroblastos crean una matriz extracelular compuesta de colágeno, sobre la cual proliferan las células epiteliales y emigran para reconstituir el tejido dañado. Aunque este proceso parece explicar el fenómeno de reparación de pequeñas heridas superficiales, no se justifica la reparación de daños mayores en el tejido. En primer lugar, las células epiteliales no tienen la habilidad de diferenciarse en todos los tipos de células involucradas en la reparación de tejidos complejos. Por ejemplo, al tratarse de la reparación de la piel, la piel recién formada contendrá folículos capilares, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas, pero las células epiteliales no tienen la habilidad de convertirse en estos tipos de células. En segundo lugar, las células epiteliales u otro tipo de células, generalmente no se proliferan a un ritmo que pueda explicar el proceso tan rápido de reparación que está sucediendo en varios tejidos. Lo que ha surgido en los últimos años, a través de una vasta literatura científica, es el novedoso punto de vista de que el proceso de reparación y renovación que sucede en el cuerpo involucra a las células madre de la médula ósea. Cuando un tejido es expuesto a un trauma significativo, las células madre originadas en la médula ósea emigran hacia el tejido, proliferan y se diferencian en las células de ese tejido, apoyando así el proceso de reparación(25). Este proceso natural de reparación ha sido detectado en muchos tejidos y órganos del cuerpo. Es el proceso natural de renovación del tejido que ocurre en el cuerpo cada día de nuestras vidas ¡desde el día en que nacemos!.
Describamos brevemente el proceso que se lleva a cabo cuando en cualquier momento un tejido es expuesto a un trauma y necesita ayuda. Unas cuantas horas después de que un tejido sufre algún trauma o daño, el tejido afectado libera un compuesto llamado Factor Estimulador de Colonias de Granulocitos(G-CSF, por sus siglas en inglés). El G-CSF es bien conocido por su función de impulsar la liberación de células madre de la médula Ósea (26). El G-CSF es comúnmente usado previo a los tratamientos que involucran quimioterapia o radiaciones.
Dado que se sabe que
estos tratamientos matan a todas las células madre del cuerpo, y que se
requiere del trasplante de células madre posteriormente, el paciente con cáncer
comúnmente recibe una inyección de G-CSF para provocar la liberación de células
madre de la médula ósea con la finalidad de cosechar y crio-preservar células
madre. Después del tratamiento, las células madre son descongeladas y
reinyectadas en el paciente para reconstituir la médula ósea. Después del daño
en el tejido, conforme su concentración se incrementa en la sangre de manera
lenta y natural, el G-CSF detona la liberación de células madre de la médula
ósea, aumentando el número de células madre circulando en la sangre(26). Como
lo veremos a continuación, mucha evidencia científica indica que este aspecto
es probablemente la parte más crucial de todo el proceso. El incremento del
número de células madre en la circulación sanguínea, significa que más células
madre están disponibles para emigrar hacia el tejido dañado. Poco después
(durante las 24 horas después del incidente), el tejido afectado libera un
compuesto único llamado Factor-1 Estromal-Derivado (SDF-1, por sus siglas en
inglés)(27). El SDF-1 es el único compuesto que se sabe que atrae células
madre. Cuando el SDF-1 se une al CXCR4 (que es el receptor presente en la
superficie de las células madre), esta vinculación dispara la expresión de
moléculas de adhesión en la superficie de la célula.
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