lunes, 21 de septiembre de 2015

UNA ESPERANZA PARA ENFERMOS DE ALZHEIMER TRATADOS  CON CELULAS MADRE ADULTAS
 
I.- ORIGEN DE LAS CÉLULAS MADRE
II.- DEBATE SOBRE EL USO DE LAS CELULAS MADRE
III.- INVESTIGACION SOBRE LAS CÉLU LAS MADRE
I.- ORIGEN DE LAS CÉLULAS MADRE
Cuando un gameto masculino fecunda un óvulo se origina una célula madre. Algunos científicos consideran que el cigoto constituye en sí mismo una célula madre, mientras que otros creen que debe experimentar primero varias divisiones para dar origen a estas células. Las células madre se diferenciarán en células sanguíneas, del tejido óseo, musculares o de la piel y, en definitiva, en todas las células especializadas que forman parte de los tejidos del cuerpo humano. No obstante, en los individuos adultos hay un pequeño número de células madre que permanece en cada órgano del cuerpo, sobre todo con objeto de reparar los daños que se puedan producir en esos tejidos. Si bien, todas las células pueden dividirse para producir copias idénticas, solo las células madre pueden originar distintos tipos de células especializadas. Debido a esta capacidad, las células madre podrían constituir el tratamiento inicial de una gran variedad de enfermedades como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
Ver UNA ESPERANZA PARA ENFERMOS DE ALZHEIMER CON CELULAS MADRE ADULTAS

Sin embargo, para poder estudiar las posibles aplicaciones médicas de estas células, los científicos necesitan líneas celulares de células madre. Esas líneas son colonias de células madre que crecen y se multiplican en el laboratorio en un medio de cultivo, es decir, en una sustancia que contiene los nutrientes necesarios para su desarrollo. Estas líneas celulares proporcionan a los científicos el material necesario para las investigaciones. Sin embargo, las células madre también envejecen y parece que pierden parte de su capacidad de diferenciación. En otras palabras, estas células madre no son tan versátiles como las jóvenes. La excepción parecen ser las células madre adultas procedentes de la médula ósea, que mantienen su capacidad de transformarse en cualquier tipo de célula. Por esa razón, las células madre adultas de la médula ósea y las células madre de los embriones serían las herramientas más adecuadas para ser utilizadas en tratamientos médicos.
Los científicos han abierto dos líneas de investigación para determinar las aplicaciones médicas de las células madre. En una primera aproximación, se trata de desarrollar células que puedan ser trasplantadas para combatir una enfermedad específica. Por ejemplo, los pacientes con una enfermedad hepática podrían recibir células madre de hígado. En un futuro próximo, es posible que ciertos tratamientos médicos incluyan, de forma habitual, dosis ocasionales de células madre, algo parecido a dosis de refuerzo que ayuden a que el organismo sea capaz de luchar contra las enfermedades y reparar los tejidos lesionados. El segundo tipo de investigación se centra en el estudio de cómo el propio organismo utiliza este tipo de células. Tal vez actúen como almacenes celulares que se activan y desactivan según las necesidades del individuo
II.- DEBATE SOBRE EL USO DE LAS CELULAS MADRE
A pesar del futuro prometedor que ofrece el uso terapéutico de este tipo de células, en la actualidad las investigaciones con células madre son objeto de una gran controversia, sobre todo en lo referente a su origen, ya que en su mayoría proceden de embriones y, en concreto, de aquellos desechados en los tratamientos de infertilidad. Durante el tratamiento conocido como fecundación in vitro, los óvulos extraídos del ovario de una mujer se unen con los espermatozoides del hombre en el laboratorio. En algunos casos se fecunda más de un óvulo y se obtienen embriones extras. Las células madre se obtienen de embriones en los estadios iniciales de división.
La utilización de las células madre en la investigación médica plantea una pregunta fundamental: ¿esas células provienen de tejidos humanos o de seres humanos como tal? Algunas personas se oponen a la utilización de cualquier elemento que proceda de embriones considerados viables (es decir, capaces de crecer), incluidas las células madre. Por tanto, para aquellas personas que comparten esta postura, el uso de las células madre supone la destrucción de una vida humana. El punto de vista opuesto es defendido por aquellos que piensan que estos embriones nunca se convertirían en seres humanos, ya que serían eliminados o se mantendrían congelados para futuras investigaciones, razón por la que consideran que este material debería utilizarse, especialmente si eso sirve para curar algunas enfermedades.
Aquellos que se oponen al uso de las células madre de embriones señalan que existe una diversidad de tejidos alternativos, como la médula ósea o el cordón umbilical, de los que es posible extraer células madre. No obstante, todavía no está claro si las células madre procedentes de estos tejidos tienen la misma capacidad de diferenciación que las células madre embrionarias y, por tanto, poseen el mismo potencial para el tratamiento de las enfermedades.
Más polémica todavía resulta la creación de embriones mediante técnicas de clonación con el fin de obtener células madre. Esta posibilidad ha suscitado un importante debate ético y numerosos países han prohibido los experimentos que contemplan la clonación humana. Para muchos, la clonación terapéutica supone la destrucción de embriones durante el proceso de obtención de las células madre, la posible explotación de las mujeres como donantes de óvulos y el riesgo de que las nuevas técnicas puedan conducir a la clonación de seres humanos. La clonación terapéutica pretende la clonación de células madre con la misma carga genética del paciente y su manipulación para convertir dichas células en células especializadas de cualquier tipo de tejido. Posteriormente, estas células se reintroducirían en el organismo del propio paciente con el fin de ayudar a curar una determinada enfermedad o reparar los tejidos dañados. Como las células son genéticamente similares, presumiblemente las células trasplantadas no serían rechazadas por el sistema inmunológico del paciente.


III.- INVESTIGACION SOBRE LAS CÉLULAS MADRE
Fue en 1981 cuando los científicos consiguieron, por primera vez, cultivos de células madre embrionarias de ratón. Aunque este hito marcó el desarrollo de numerosos trabajos de investigación, hasta 1998 no se logró el cultivo en laboratorio de células madre de origen humano. En ese año, dos equipos de investigadores anunciaron por separado que habían aislado y cultivado células madre humanas procedentes, en un caso, de embriones en fase de blastocito y, en el otro, de fetos abortados. Los equipos de investigación estaban dirigidos por los biólogos John Gearhart, de la Universidad de Johns Hopkins, y James Thomson, de la Universidad de Wisconsin en Madison.
A finales de la década de 1990, los científicos descubrieron muchas otras características de estás células, como que las células madre adultas procedentes de un tejido concreto, como es la sangre, pueden originar células de otros tipos de tejidos, como por ejemplo células nerviosas (neuronas). Uno de los resultados más interesantes fue obtenido por el investigador Fred Gage en el Instituto Salk para Estudios Biológicos, quien demostró que el cerebro humano adulto puede crear nuevas neuronas. Antes del descubrimiento de Gage los neurobiólogos asumían que nuestro cerebro no creaba ninguna célula nueva después del nacimiento. Presumiblemente, esta capacidad proviene de las células madre de este tejido.
Hoy, a principios del siglo XXI, los investigadores todavía no han desarrollado ninguna aplicación clínica real de los cultivos de células madre. No obstante, mucho antes de que fueran aisladas, las células madre ya se habían utilizado en el tratamiento de algunas enfermedades. En 1968 los científicos desarrollaron, con éxito, el primer trasplante de médula ósea, un procedimiento por el cual un paciente recibe una infusión de células sanas de médula ósea. El propósito de dicho transplante era restaurar la capacidad de la médula de generar células sanguíneas en pacientes que habían recibido tratamientos intensos con quimioterapia, que habían dañado profundamente ese tejido. Los investigadores sospechaban que las células madre presentes en el implante de médula ósea eran las responsables del éxito de dicha técnica. En la actualidad, el trasplante de médula ósea se ha convertido en un tratamiento habitual para ciertos tipos de cáncer (leucemia, linfoma) y otras enfermedades de la sangre o de los huesos.
Actualmente, hay numerosas líneas de investigación abiertas basadas en las células madre que permitirán conocer los mecanismos de diferenciación celular y aportarán, en un futuro no muy lejano, nuevos tratamientos para diversas enfermedades, hasta ahora incurables.
Cómo citar este artículo:
"Célula madre." Microsoft® Encarta
Para mayor información sobre precursores de celulas madre adultas:



sábado, 6 de junio de 2015

LA TERAPIA CELULAR EN LA RENOVACIÓN DEL CUERPO A TRAVÉS DE LAS CÉLULAS MADRE ADULTAS



RENOVACIÓN DEL CUERPO A TRAVÉS DE LAS CÉLULAS MADRE ADULTAS
http://celmadre.blogspot.mx/2015/06/la-renovacion-del-cuerpo-traves-de-las.html

La renovación del cuerpo a través de las células madre adultas
¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando rasguñas o quemas tu piel, o te rompes un hueso? ¿Cómo se repara el cuerpo a sí mismo? El punto de vista convencional es que las células de la piel llamadas fibroblastos crean una matriz extracelular compuesta de colágeno, sobre la cual proliferan las células epiteliales y emigran para reconstituir el tejido dañado. Aunque este proceso parece explicar el fenómeno de reparación de pequeñas heridas superficiales, no se justifica la reparación de daños mayores en el tejido.
En primer lugar, las células epiteliales no tienen la habilidad de diferenciarse en todos los tipos de células involucradas en la reparación de tejidos complejos. Por ejemplo, al tratarse de la reparación de la piel, la piel recién formada contendrá folículos capilares, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas, pero las células epiteliales no tienen la habilidad de convertirse en estos tipos de células. En segundo lugar, las células epiteliales u otro tipo de células, generalmente no se proliferan a un ritmo que pueda explicar el proceso tan rápido de reparación que está sucediendo en varios tejidos.


Lo que ha surgido en los últimos años, a través de una vasta literatura científica, es el novedoso punto de vista de que el proceso de reparación y renovación que sucede en el cuerpo involucra a las células madre de la médula ósea. Cuando un tejido es expuesto a un trauma significativo, las células madre originadas en la médula ósea emigran hacia el tejido, proliferan y se diferencian en las células de ese tejido, apoyando así el proceso de reparación(25). Este proceso natural de reparación ha sido detectado en muchos tejidos y órganos del cuerpo. Es el proceso natural de renovación del tejido que ocurre en el cuerpo cada día de nuestras vidas ¡desde el día en que nacemos!.

Describamos brevemente el proceso que se lleva a cabo cuando en cualquier momento un tejido es expuesto a un trauma y necesita ayuda. Unas cuantas horas después de que un tejido sufre algún trauma o daño, el tejido afectado libera un compuesto llamado Factor Estimulador de Colonias de Granulocitos(G-CSF, por sus siglas en inglés). El G-CSF es bien conocido por su función de impulsar la liberación de células madre de la médula ósea(26). El G-CSF es comúnmente usado previo a los tratamientos que involucran quimioterapia o radiaciones.
Dado que se sabe que estos tratamientos matan a todas las células madre del cuerpo, y que se requiere del trasplante de células madre posteriormente, el paciente con cáncer comúnmente recibe una inyección de G-CSF para provocar la liberación de células madre de la médula ósea con la finalidad de cosechar y crio-preservar células madre. Después del tratamiento, las células madre son descongeladas y reinyectadas en el paciente para reconstituir la médula ósea.

Después del daño en el tejido, conforme su concentración se incrementa en la sangre de manera lenta y natural, el G-CSF detona la liberación de células madre de la médula ósea, aumentando el número de células madre circulando en la sangre(26). Como lo veremos a continuación, mucha evidencia científica indica que este aspecto es probablemente la parte más crucial de todo el proceso.
El incremento del número de células madre en la circulación sanguínea, significa que más células madre están disponibles para emigrar hacia el tejido dañado.

Poco después (durante las 24 horas después del incidente), el tejido afectado libera un compuesto único llamado Factor-1 Estromal-Derivado (SDF-1, por sus siglas en inglés)(27). El SDF-1 es el único compuesto que se sabe que atrae células madre. Cuando el SDF-1 se une al CXCR4 (que es el receptor presente en la superficie de las células madre), esta vinculación dispara la expresión de moléculas de adhesión en la superficie de la célula. Por lo tanto, como el SDF-1 se difunde desde el área afectada hacia la circulación sanguínea y como las células madre circulando en la sangre viajan a través del tejido afectado, la unión de SDF-1 al CXCR4 impulsa la adhesión de células madre sobre la pared capilar y subsecuentemente su emigración dentro del tejido(28). Cuando llegan al tejido afectado, las células madre proliferan y entonces se diferencian en las células de ese tejido, asistiendo de esta manera a la reparación del tejido(29).
Este proceso completo ya ha sido demostrado en numerosos estudios y se ha visto que las células madre participan en la reparación de músculos, huesos, páncreas, cerebro, piel, hígado, intestinos, pulmón... ¡Prácticamente en cada órgano y tejido del cuerpo!(17).

En este proceso completo, parece ser que el número de células madre circulando por el torrente sanguíneo es el factor más importante. Cuando el nivel de células madre circulantes fue medido en el torrente sanguíneo de individuos que sufrieron una herida, los individuos con el número más grande de células madre el día de su herida, mostraron la más rápida y mayor recuperación(30).

Así mismo, cuando el número de células madre fue cuantificado en el torrente sanguíneo de casi 500 individuos y su estado de salud fue monitoreado durante un año, los individuos con un número mayor de células madre en su sangre mostraron un mejor nivel de salud(31). En otras palabras, más células madre circulando por el torrente sanguíneo significa que más células están disponibles para emigrar a los tejidos que podrían necesitar asistencia.
El alga AFA: Un nuevo concepto de bienestar
Los descubrimientos descritos anteriormente han permitido que se enfoque la atención sobre una alga poco conocida, llamada Aphanizomenon flos-aquae (AFA). AUTOGEN contiene AFA la cual ha estado en el mercado por casi tres décadas y la gente que la consume ha reportado una amplia variedad de beneficios en la salud. 






Estos beneficios fueron clasificados inicialmente en tres grandes categorías:
    •    Beneficios en el sistema inmunológico,
    •    Apoyo en procesos desinflamatorios y
    •    Apoyo  en la  eliminación de células anómalas
    •    Beneficios en el sistema nervioso.

A través de los años fueron identificados compuestos específicos en la AFA que parcialmente explicaban los beneficios reportados(32). Y también a través de todos los años, la gente ha comentado sobre una amplia gama de beneficios en la salud que tocan varios aspectos de la fisiología humana, y que no podían ser completamente explicados por la presencia de estos compuestos. Cómo era posible que un solo producto botánico pudiera producir tantos beneficios, fue un misterio por muchos años, hasta el reciente descubrimiento que indica que el alga AFA contiene un compuesto llamado "ligando de L-selectina" que apoya la liberación de células madre en la médula ósea.
Dentro de los beneficios de  consumir 
El alga AFA , ya que  contiene un polisacárido que ayuda a la activación de un tipo específico de linfocito T
Los linfocitos T (algunas veces llamadas células T) son otro tipo de células inmunológicas. Los linfocitos T no producen anticuerpos moleculares. Las funciones especializadas de los linfocitos T son :
1) Atacar directamente antígenos extraños como virus, hongos, tejidos trasplantados, células anómalas.
2) Para actuar como reguladores del Sistema Inmunológico.
3) Así como su migración de la sangre hacia los tejidos (34).
 Es en los tejidos donde las células T pueden llevar a cabo su tarea específica de detectar y matar células disfuncionales. AFA también mostró que estimula la actividad de necrofagia, que es la primera línea de defensa del cuerpo humano (32).

AFA contiene un pigmento azul llamado ficocianina. En la célula viviente de la AFA, la ficocianina actúa como un poderoso antioxidante     (35), y además de esta propiedad, la ficocianina provee gran apoyo al proceso inflamatorio saludable(36),(37).  Todo esto da como resultado la mejoría en pacientes con  procesos tumorales y cáncer provocando una reducción de tamaño hasta eliminarlos siguiendo el tratamiento alternativo recomendado.


Para mayor información de AUTOGEN  en esta pagina o en el correo cenmedvib@hotmail.com

viernes, 5 de junio de 2015

A PARTIR DE CELULAS MADRE CIENTIFICOS CULTIVAN CEREBROS



A PARTIR DE CÉLULAS MADRE CIENTÍFICOS CULTIVAN CEREBROS
publicado en : investigacion y desarrollo

celulas madreCientíficos han cultivado por primera vez cerebros humanos en miniatura a partir de células de la piel en un laboratorio, como parte de un estudio sobre el desarrollo del más complejo de nuestros órganos, fuente de la creatividad y la conciencia humanas.
Los minicerebros miden menos de cuatro milímetros en sentido transversal, pero los investigadores afirman que equivalen en desarrollo al cerebro de un feto humano de unas nueve semanas de gestación, e incluso poseen la compleja estructura tridimensional de un verdadero cerebro embrionario.
Intentos anteriores de hacer crecer tejido cerebral en el laboratorio se han enfocado en cultivar neuronas en dos dimensiones en un plato plano con nutrientes, pero el estudio más reciente empleó una gota de gel nutriente como plataforma tridimensional, en la cual las células se organizaron solas para formar el órgano en miniatura.
Los científicos han llamado organoides cerebrales a esos cerebros primitivos. Han subrayado que las estructuras vivas están lejos de poder ser descritas como verdaderos cerebros humanos, con potencial de tener conciencia de sí mismos y del medio circundante, umbral de desarrollo que sería éticamente incorrecto cruzar, advirtieron.
Tres o cuatro milímetros no parecen mucho, pero para quien está acostumbrado a trabajar con un microscopio es un montón. Las zonas cerebrales individuales que encontramos en nuestros organoides no difieren mucho en tamaño de los órganos endógenos en esta etapa de desarrollo, comentó Juergen Knoblich, del Instituto de Biotecnología Molecular, en Viena.
Mucha complejidad
En absoluto, no es el objetivo de nuestro trabajo generar estructuras cerebrales de orden superior. Para nosotros, el asunto no es hacerlas más grandes; ya en este tamaño pueden tener mucha complejidad... este es uno de esos casos en que el tamaño de veras no importa, añadió el doctor Knoblich.
Los minicerebros fueron creados a partir de células de piel humana que fueron convertidas en células troncales por medio de una técnica bien establecida de ingeniería genética. De este modo se produjeron células troncales pluripotentes inducidas (iPS, por sus siglas en inglés), que luego fueron impulsadas por estimulantes químicos y nutrientes a desarrollarse en células cerebrales maduras, las cuales se organizaron solas en las estructuras rudimentarias de un cerebro embrionario, tales como la corteza cerebral.
El doctor Knoblich indicó que los organoides ya han arrojado luz sobre un trastorno llamado microcefalia, que es cuando el cerebro no alcanza el tamaño correcto en la matriz, y también podría ayudar a investigar padecimientos como autismo y esquizofrenia, los cuales involucran disfunciones desconocidas en el desarrollo cerebral temprano.
En fechas recientes se han hecho numerosos intentos de modelar tejido cerebral humano a partir de células humanas. Se ha generado un ojo, una glándula pituitaria e incluso un hígado, pero hasta ahora el más complejo de los órganos humanos, el cerebro, no ha sido susceptible a esos cultivos, añadió Knoblich. Esta técnica nos permite estudiar los rasgos específicamente humanos del desarrollo cerebral. Podemos analizar la función de los genes individuales en un entorno humano. Hemos podido modelar una enfermedad, la microcefalia, pero nos gustaría avanzar hacia trastornos más comunes, como la esquizofrenia y el autismo, expresó.
Hasta ahora se han realizado pruebas de fármacos en modelos animales y células humanas aisladas. Estos modelos de cultivos orgánicos ofrecen la posibilidad de probar medicamentos directamente, sin experimentos con animales, para obtener resultados mejor informados, añadió.
El estudio, publicado en la revista Nature, mostró que es posible convertir células de la piel en una forma especializada de tejido embrionario llamada neuroectodermo, que produce todos los componentes del cerebro y el sistema nervioso. Los organoides de un paciente de microcefalia no pudieron crecer tan rápido como otros, pero esto se puede corregir remplazando un gen defectuoso que causa el trastorno, mostró el estudio.
Andrew Jackson, de la Unidad de Genética Humana del Consejo de Investigación Médica, en Edimburgo, quien colaboró con el doctor Knoblich, dijo que los organoides cerebrales proporcionan una nueva forma de estudiar el cerebro humano, la estructura más compleja conocida, con aproximadamente 100 mil millones de neuronas y muchas veces ese número de conexiones cerebrales.
Poder generar tejido de tal complejidad en un cultivo de células es un avance significativo para el estudio de la enfermedad humana en el laboratorio, afirmó.
Oliver Brustle, experto en células troncales de la Universidad de Bonn, comentó: Estas estructuras no son sólo peculiares artefactos de laboratorio... los organoides recrean los primeros pasos en la formación de la corteza cerebral humana, y por tanto se prestan a estudios del desarrollo cerebral y de los trastornos del desarrollo neural.
Fuente: La Jornada en línea




¿PARA QUÉ SIRVEN LAS NEURONAS NUEVAS EN NUESTRO CEREBRO?

EL .

El descubrimiento de que el cerebro humano continúa produciendo nuevas neuronas en la edad adulta desafió un dogma importante en la neurociencia. Fue en la década de los 60 del siglo pasado cuando el neurobiólogo estadunidense Joseph Altman observó que se producían nuevas neuronas en zonas concretas del cerebro de ratas adultas, descartando que este proceso desapareciera tras el nacimiento como entonces se creía. Pero su descubrimiento fue ignorado porque iba en contra de la corriente imperante entonces en neurociencia.
Los neurocientíficos más ilustres de la época trataron de comprobar la observación de Altman, aunque sin éxito. Una de las razones por las que posiblemente no consiguieron ver las neuronas recién nacidas (neurogénesis) fue porque las buscaban en el cerebro de animales de laboratorio que estaban confinados en jaulas, en condiciones estresantes, sin actividad física ni actividades gratificantes. Y hoy se sabe que esas condiciones reducen drásticamente la neurogénesis.
Como un moderno Galileo, Altman tuvo que dejar de lado su observación a regañadientes. Y sin embargo, hay neurogénesis, podría haber proclamado por lo bajo, como se cuenta que hizo Galileo cuando le obligaron a afirmar que la Tierra estaba fija en el espacio (Y sin embargo, se mueve). En efecto, en el cerebro adulto de mamíferos, incluido el humano, nacen nuevas neuronas en zonas muy concretas, como después se comprobó: el bulbo olfatorio y el hipocampo, una región del cerebro que juega un papel importante en la memoria y el aprendizaje.
En 2011 Robert Altman recibió el premio Príncipe de Asturias de Investigación, medio siglo después de aquel descubrimiento. Sin embargo, el papel de esas “polémicas” neuronas en el comportamiento y la cognición todavía no está claro, como recuerda un artículo de opinión publicado en la revista “Trends in Cognitive Sciences”, Maya Opendak y Elizabeth Gould, de la Universidad de Princeton, que repasan los factores ambientales que influyen en el nacimiento de nuevas neuronas.
Las autoras discuten cómo el nacimiento de esas neuronas puede ayudar a los animales y los seres humanos a adaptarse a su entorno en un mundo complejo y cambiante. Lo que sí se sabe es que las experiencias estresantes y la falta de sueño, reducen el número de nuevas neuronas en el hipocampo. Por el contrario, el ejercicio físico, las experiencias novedosas y gratificantes tienden a aumentar la producción.
Paralelamente, la tasa de nacimiento de nuevas neuronas en la edad adulta puede tener importantes consecuencias conductuales y cognitivas. La supresión de la neurogénesis inducida por el estrés se ha asociado con un rendimiento deficitario en tareas cognitivas dependiente del hipocampo, como el aprendizaje espacial y la memoria.
Gould y sus colaboradores han propuesto recientemente que la disminución de la neurogénesis inducida por el estrés puede tener también una función adaptativa al mejorar las posibilidades de supervivencia mediante el aumento de la ansiedad y la inhibición de la exploración, para priorizar la seguridad y el comportamiento de evitación, a expensas de un rendimiento óptimo en las tareas cognitivas. Por otro lado, los aumentos de la neurogénesis inducidos por la recompensa pueden reducir la ansiedad y facilitar la exploración y el aprendizaje, que conduce a un mayor éxito reproductivo.
Sin embargo, cuando las experiencias aversivas superan en número a los gratificantes, tanto en cantidad como en intensidad, el sistema puede llegar a un punto de ruptura y producir un resultado de mala adaptación. Por ejemplo, el estrés repetido produce una reducción en el nacimiento de nuevas neuronas y, en última instancia, la aparición de una mayor ansiedad y síntomas depresivos.
Y es que la neurogénesis es un elemento fundamental del sistema hipocampal para ejercer sus funciones, incluyendo aprendizaje y memoria, ansiedad, y regulación del estrés, así como la última en descubrirse, denominada separación de patrones, que nos permite distinguir dos recuerdos muy parecidos, explica José Luis Trejo, que dirige el Grupo de Neurogénesis del Individuo Adulto en el Instituto Cajal del CSIC en Madrid.
Neuronas especiales
“El valor añadido de la neurogénesis adulta es que las nuevas neuronas tienen propiedades electrofisiológicas especiales, distintas de las de las neuronas maduras, lo que confiere al sistema una capacidad de adaptación, o plasticidad, extra que responde a la actividad y a la experiencia”, señala.
Otro aspecto que se discute aún es “el significado adaptativo de los incrementos y disminuciones del número de nuevas neuronas, en el contexto de mayor o menor flexibilidad conductual, y cómo estas neuronas sirven el propósito de modular la respuesta individual a un entorno rápidamente cambiante y retador, como es el del medio natural”, añade Trejo.
Igual que la confirmación de la neurogénesis se vio dificultada por las condiciones de laboratorio, y aunque estas han mejorado mucho desde entonces, en la actualidad se plantea que pueden ser aún demasiado artificiales para abordar con precisión la neurogénesis adulta.
José Luis Trejo explica que se trata de “un aspecto muy novedoso en una revisión de este tipo, la comparación entre la situación experimental en el laboratorio con lo poco que se sabe de la situación en condiciones naturales. Se defiende la idea de que los protocolos conductuales experimentales que usamos en los laboratorios han estado bien, pero ahora se necesita implementar nuevos protocolos más etológicos o naturalísticos con objeto de aprender el papel real de la neurogénesis adulta en la experiencia individual en la naturaleza. Estos protocolos deberían recrear las condiciones naturales de vida, incluyendo por ejemplo, la dominancia jerárquica”.
Fuente: ABC España / Pilar Quijada

CELULAS MADRE, EN EL TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES CRONICO DEGENERATIVAS


 

 CELULAS MADRE, EN EL TRATAMIENTO ALTERNATIVO CONTRA EL CÁNCER Y ENFERMEDADES CRÓNICO DEGENERATIVAS.

 

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La renovación del cuerpo a través de las células madre adultas
¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando rasguñas o quemas tu piel, o te rompes un hueso? ¿Cómo se repara el cuerpo a sí mismo? El punto de vista convencional es que las células de la piel llamadas fibroblastos crean una matriz extracelular compuesta de colágeno, sobre la cual proliferan las células epiteliales y emigran para reconstituir el tejido dañado. Aunque este proceso parece explicar el fenómeno de reparación de pequeñas heridas superficiales, no se justifica la reparación de daños mayores en el tejido. En primer lugar, las células epiteliales no tienen la habilidad de diferenciarse en todos los tipos de células involucradas en la reparación de tejidos complejos. Por ejemplo, al tratarse de la reparación de la piel, la piel recién formada contendrá folículos capilares, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas, pero las células epiteliales no tienen la habilidad de convertirse en estos tipos de células. En segundo lugar, las células epiteliales u otro tipo de células, generalmente no se proliferan a un ritmo que pueda explicar el proceso tan rápido de reparación que está sucediendo en varios tejidos. Lo que ha surgido en los últimos años, a través de una vasta literatura científica, es el novedoso punto de vista de que el proceso de reparación y renovación que sucede en el cuerpo involucra a las células madre de la médula ósea. Cuando un tejido es expuesto a un trauma significativo, las células madre originadas en la médula ósea emigran hacia el tejido, proliferan y se diferencian en las células de ese tejido, apoyando así el proceso de reparación(25). Este proceso natural de reparación ha sido detectado en muchos tejidos y órganos del cuerpo. Es el proceso natural de renovación del tejido que ocurre en el cuerpo cada día de nuestras vidas ¡desde el día en que nacemos!.

 

Describamos brevemente el proceso que se lleva a cabo cuando en cualquier momento un tejido es expuesto a un trauma y necesita ayuda. Unas cuantas horas después de que un tejido sufre algún trauma o daño, el tejido afectado libera un compuesto llamado Factor Estimulador de Colonias de Granulocitos(G-CSF, por sus siglas en inglés). El G-CSF es bien conocido por su función de impulsar la liberación de células madre de la médula Ósea (26). El G-CSF es comúnmente usado previo a los tratamientos que involucran quimioterapia o radiaciones.

 

 

 

Dado que se sabe que estos tratamientos matan a todas las células madre del cuerpo, y que se requiere del trasplante de células madre posteriormente, el paciente con cáncer comúnmente recibe una inyección de G-CSF para provocar la liberación de células madre de la médula ósea con la finalidad de cosechar y crio-preservar células madre. Después del tratamiento, las células madre son descongeladas y reinyectadas en el paciente para reconstituir la médula ósea. Después del daño en el tejido, conforme su concentración se incrementa en la sangre de manera lenta y natural, el G-CSF detona la liberación de células madre de la médula ósea, aumentando el número de células madre circulando en la sangre(26). Como lo veremos a continuación, mucha evidencia científica indica que este aspecto es probablemente la parte más crucial de todo el proceso. El incremento del número de células madre en la circulación sanguínea, significa que más células madre están disponibles para emigrar hacia el tejido dañado. Poco después (durante las 24 horas después del incidente), el tejido afectado libera un compuesto único llamado Factor-1 Estromal-Derivado (SDF-1, por sus siglas en inglés)(27). El SDF-1 es el único compuesto que se sabe que atrae células madre. Cuando el SDF-1 se une al CXCR4 (que es el receptor presente en la superficie de las células madre), esta vinculación dispara la expresión de moléculas de adhesión en la superficie de la célula.

Para leer el articulo completo:

Tomado de

 



Para mayor información sobre este tratamiento solicítelo en esta pagina o en el correo cenmedvib@hotmail.com

o al tel 65 95 71 28




 

LA RENOVACION DEL CUERPO A TRAVES DE LAS CELULAS MADRE ADULTAS


LA RENOVACIÓN DEL CUERPO A TRAVÉS DE LAS CÉLULAS MADRE ADULTAS
¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando rasguñas o quemas tu piel, o te rompes un hueso? ¿Cómo se repara el cuerpo a sí mismo? . Ve el video: https://www.youtube.com/watch?v=bIQ8fHEoTx4
El punto de vista convencional es que las células de la piel llamadas fibroblastos crean una matriz extracelular compuesta de colágeno, sobre la cual proliferan las células epiteliales y emigran para reconstituir el tejido dañado. Aunque este proceso parece explicar el fenómeno de reparación de pequeñas heridas superficiales, no se justifica la reparación de daños mayores en el tejido. En primer lugar, las células epiteliales no tienen la habilidad de diferenciarse en todos los tipos de células involucradas en la reparación de tejidos complejos. Por ejemplo, al tratarse de la reparación de la piel, la piel recién formada contendrá folículos capilares, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas, pero las células epiteliales no tienen la habilidad de convertirse en estos tipos de células. En segundo lugar, las células epiteliales u otro tipo de células, generalmente no se proliferan a un ritmo que pueda explicar el proceso tan rápido de reparación que está sucediendo en varios tejidos.

Lo que ha surgido en los últimos años, a través de una vasta literatura científica, es el novedoso punto de vista de que el proceso de reparación y renovación que sucede en el cuerpo involucra a las células madre de la médula ósea. Cuando un tejido es expuesto a un trauma significativo, las células madre originadas en la médula ósea emigran hacia el tejido, proliferan y se diferencian en las células de ese tejido, apoyando así el proceso de reparación(25). Este proceso natural de reparación ha sido detectado en muchos tejidos y órganos del cuerpo. Es el proceso natural de renovación del tejido que ocurre en el cuerpo cada día de nuestras vidas ¡desde el día en que nacemos!.


Describamos brevemente el proceso que se lleva a cabo cuando en cualquier momento un tejido es expuesto a un trauma y necesita ayuda. Unas cuantas horas después de que un tejido sufre algún trauma o daño, el tejido afectado libera un compuesto llamado Factor Estimulador de Colonias de Granulocitos(G-CSF, por sus siglas en inglés). El G-CSF es bien conocido por su función de impulsar la liberación de células madre de la médula ósea(26). El G-CSF es comúnmente usado previo a los tratamientos que involucran quimioterapia o radiaciones. Dado que se sabe que estos tratamientos matan a todas las células madre del cuerpo, y que se requiere del trasplantes de células madre posteriormente, el paciente con cáncer comúnmente recibe una inyección de G-CSF para provocar la liberación de células madre de la médula ósea con la finalidad de cosechar y crio-preservar células madre. Después del tratamiento, las células madre son descongeladas y reinyectadas en el paciente para reconstituir la médula ósea.

Después del daño en el tejido, conforme su concentración se incrementa en la sangre de manera lenta y natural, el G-CSF detona la liberación de células madre de la médula ósea, aumentando el número de células madre circulando en la sangre(26). Como lo veremos a continuación, mucha evidencia científica indica que este aspecto es probablemente la parte más crucial de todo el proceso. El incremento del número de células madre en la circulación sanguínea, significa que más células madre están disponibles para emigrar hacia el tejido dañado.

Poco después (durante las 24 horas después del incidente), el tejido afectado libera un compuesto único llamado Factor-1 Estromal-Derivado (SDF-1, por sus siglas en inglés)(27). El SDF-1 es el único compuesto que se sabe que atrae células madre. Cuando el SDF-1 se une al CXCR4 (que es el receptor presente en la superficie de las células madre), esta vinculación dispara la expresión de moléculas de adhesión en la superficie de la célula. Por lo tanto, como el SDF-1 se difunde desde el área afectada hacia la circulación sanguínea y como las células madre circulando en la sangre viajan a través del tejido afectado, la unión de SDF-1 al CXCR4 impulsa la adhesión de células madre sobre la pared capilar y subsecuentemente su emigración dentro del tejido(28). Cuando llegan al tejido afectado, las células madre proliferan y entonces se diferencian en las células de ese tejido, asistiendo de esta manera a la reparación del tejido(29).

Este proceso completo ya ha sido demostrado en numerosos estudios y se ha visto que las células madre participan en la reparación de músculos, huesos, páncreas, cerebro, piel, hígado, intestinos, pulmón... ¡Prácticamente en cada órgano y tejido del cuerpo!(17). En este proceso completo, parece ser que el número de células madre circulando por el torrente sanguíneo es el factor más importante. Cuando el nivel de células madre circulantes fue medido en el torrente sanguíneo de individuos que sufrieron una herida, los individuos con el número más grande de células madre el día de su herida, mostraron la más rápida y mayor recuperación(30).

Así mismo, cuando el número de células madre fue cuantificado en el torrente sanguíneo de casi 500 individuos y su estado de salud fue monitoreado durante un año, los individuos con un número mayor de células madre en su sangre mostraron un mejor nivel de salud(31). En otras palabras, más células madre circulando por el torrente sanguíneo significa que más células están disponibles para emigrar a los tejidos que podrían necesitar asistencia.